Alfabetización inicial
McLane y McNamee (1999) nos indican que la
alfabetización no solo se centra en la caligrafía, lo ortografía y todas esas
ramas del español, sino más bien, las actitudes, conductas y habilidades que se
lleguen a relacionar con la lengua. Para ellos la alfabetización inicial es
considerada también como alfabetización incipiente. Discurrían que la
alfabetización comenzaba cuando en el niño aparecían los primeros juegos
simbólicos, donde su forma de escribir es mediante dibujos, intentando con ello
eventos no convencionales de lectura y escritura, aun cuando no sabían leer y
escribir.
La alfabetización
inicial es el momento del ser humano donde aprende a leer y a escribir para
poder interpretar materiales escritos. En los
Programas de Estudio de primer grado del 2011, diseñados por la Secretaría de
Educación Publica (SEP), se expresa que en el proceso de alfabetización no
existe una edad ideal, es decir que éste puede iniciar incluso antes de la
escolarización formal. Esto es algo natural, pues hay que ser
conscientes que estamos rodeados de propaganda, la televisión e incluso productos
que contienen letras que alientan el interés del pequeño por aprender, se crea
él mismo cuestiones como: ¿qué significa
todo eso? con esto se puede afirmar que la alfabetización inicia desde
casa, y mientras va creciendo el niño va ampliando sus estándares y adquiriendo
más conocimientos.
Garton y Pratt (1991) consideran la alfabetización como: “el dominio del
lenguaje hablado la lectoescritura ”
(p.19), esto quiere decir que no sólo se centra en el lenguaje escrito, sino
también hablado. Es cierto que la
alfabetización está ligada con el lenguaje escrito, pero no se acaba ahí, si no
que al desarrollar un proceso de alfabetización buscamos que amplíe su léxico,
tenga un dominio al hablar, por lo tanto
coherencia. De igual manera, para Nemirovsky (2007) la alfabetizacion no es más que la dominación de la lectura y escritura, esto sin depender directamente de la edad que el
sujeto tenga, ni la escolaridad, todo con el fin de poderse comunicar sin
ninguna barrera.
Ortiz (2006) relaciona la alfabetización con la expresión, a sí mismo, con
la comunicación del ser humano para alentar el desarrollo en su contexto
cotidiano y cultural, dada esta situación, es la participación social la que
dirige todo esto. Este mismo autor menciona que dentro de las escuelas su concepto
de alfabetización queda desfasado de la realidad, pues no es así como se lleva.
Solé (1999) define la alfabetización como “una persona
que tiene la capacidad de hablar, leer y escribir con otra persona y el logro de la alfabetización implica
aprender a hablar, leer y escribir en forma competente” (p.42).
Ferreiro (1998) ve la alfabetización inicial oportuna como “la única
solución de fondo al problema de la alfabetización remedial” (p.13), es decir, si existe un buen
inicio no habrá problemas en un futuro. Este problema se ha visto a lo largo de
los años, pues adultos y adolescentes presentan problemas continuos al momento
de leer o de escribir, Ferreiro asocia esta problemática a la mala forma de
abordar la alfabetización desde un comienzo en la vida escolar.
Teberosky y Tolchinsky (2000) concluyeron que si el proceso de
alfabetización no se lleva de la manera adecuada afectará tanto en el ámbito
social como en el personal, pues la lectura y la escritura son herramientas permanentemente,
pues son necesarias a lo largo de toda la trayectoria académica. Si comparamos esta
situación con lo que se vive actualmente en México, la lectura y escritura es
algo que pasa a segundo plano y, lamentablemente, los resultados de ese mal
aprendizaje afectan hasta los tiempos de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario